Un Nuevo Ciclo
domingo, 18 de julio de 2010
SEMILLA MEJORADA. CASO EN CRONOLOGÍA.
Mientras se realizan trámites burocráticos en diversas instituciones gubernamentales,
mientras la escuela no es flexible y no este al alcance de todos l@s salvadoreñ@s ,
mientras no exista una educacion sexual adecuada,
mientras no se mejoren los derechos economicos y sociales de las personas mayores y de las niñas y los niños,
situaciones como estas pueden repetirse en el futuro,
es nuestro deber el trabajar desde nuestro alcance para evitar que esto se repita.
Aproximadamente hace una semana atrás una familia salvadoreña ha pasado por esta situación, su historia reúne muchos aspectos jurídicos, sociales, económicos, culturales, etc. desearía que no fuera una realidad sin embargo esto es una historia real y que muchas familias en mi pequeño país le viven día tras día, en términos macroeconómicos mi país ha mejorado sin embargo en la economía de una familia promedio se sobrevive y realmente SOBREVIVE con los presupuestos basados en escasos ingresos y altos egresos.
Aqui dejo una pequeña recopilación de los hechos, con esto no pretendo señalar ni determinar culpables, simplemente hacer un llamado a las situaciones que viven muchos/as salvadoreños/as y me arriesgo a decir que en muchas otras latitudes esto es el "pan de cada día".
Tomado de "La Prensa Gráfica" (Jueves 08 de julio de 2010)
Dos menores fallecieron ayer en horas de la tarde en la comunidad río La Cañas del cantón El Tránsito en el municipio de Soyapango, luego de sufrir una intoxicación por consumo de semillas mejoradas de maíz, que estaban destinados para la siembra.
Las víctimas fueron identificadas como José S., de 10 años, y Alejandra S., de 12. Además resultaron intoxicados cinco personas más, entre ellos los padres de los menores quienes fueron identificados como José Segundo Siliézar, de 59 años, y Blanca Alicia de Siliézar, de 38, además de otros tres menores más, hijos de la misma familia.
Las cinco víctimas están ingresadas en el hospital de Soyapango. Los padres de los menores y uno de los hijos se encuentran en condiciones de gravedad, mientras los otros dos están en condiciones estables.
El incidente ocurrió cuando el padre de las víctimas decidió utilizar el grano de semilla mejorada de maíz que fue entregada por el Gobierno el año pasado, para hacer tortillas y con eso alimentar a su familia porque no tenía alimentos para dar de comer a sus hijos.
(http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/judicial/130849-fallecen-dos-menores-por-consumo-de-semilla-mejorada-en-soyapango.html)
Tomado de "El Salvador.com" (Viérnes 09 de julio de 2010)
Blanca Alicia Toj de Siliézar se recupera satisfactoriamente en el Hospital Nacional de Soyapango, tras haber ingerido semilla mejorada, informaron las autoridades.
Una pequeña complicación habría alarmado en el transcurso de la mañana a los médicos, pero con un procedimiento mediante respiración asistida volvió a estabilizar a la paciente.
Toj de Siliézar, de 39 años, lavó la semilla y la convirtió en maíz que luego consumió junto a su esposo y sus cinco hijos en forma de tortilla.
Dos menores, de 10 y 12 años, murieron envenenados y los otros tres están hospitalizados; el padre también intenta recuperarse.
El Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa) advirtió hoy que el esposo de Blanca Alicia -José Segundo Siliézar, de 60 años- no está anotado en la lista oficial de beneficiarios del programa gubernamental de entrega de semilla mejorada, por lo que indagarán bien sobre el lamentable caso.
Las autoridades de la institución también insistieron en que la semilla mejorada no es apta para el consumo humano, es venenosa.
El presidente Mauricio Funes ha dicho que los paquetes de semillas mejoradas beneficiarán a cerca de 400 mil agricultores en 2010
(http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6364&idArt=4956107)
Tomado de "La Prensa Gráfica" (Sábado 10 de julio de 2010)
Lo que para los agrónomos y especialistas en cultivos les parece inconcebible, que una familia haya ingerido tortillas de maíz con plaguicida, para los habitantes de la comunidad Las Cañas, Soyapango, no parece tan desquiciado. Hay pobreza y abunda el hambre.
Es un lugar donde las tortillas acompañadas con sal son sagradas.
En el patio trasero y delantero del caserío, que está de luto por los fallecimientos de María Alejandra y José Isaías, de 10 y 12 años, respectivamente, hay abundancia de necesidad. Es notorio desde el acceso.
Una calle empedrada divide la urbanidad de la precariedad. Para ser trasladados al hospital, los Siliézar —la familia que se intoxicó el miércoles tras ingerir tortillas de maíz molido de semilla mejorada— tuvo que atravesar un trayecto de cuatro escabrosos kilómetros para salir a la carretera de Oro y llegar hasta el hospital.
La casa construida con lodo y bajareque es testigo silencioso de lo ocurrido. La risa de los niños se ha ido, la mascota también. El gato que les brindó alegría murió bajo las mismas circunstancias al comer maíz molido.
Ayer, la puerta de la casa estaba cerrada con candado. La soledad y la estampa de tragedia incidió para que los féretros de los niños fueran velados en la casa de su tía María Siliézar.
Los platos plásticos de aquel almuerzo permanecen en un guacal. Nadie los ha lavado. Las camas también siguen desordenadas. Dicen los vecinos que los infantes fallecidos se acostaron tras sentir los primeros síntomas.
La comunidad está unida y todos prestaron sus sillas plásticas para que los visitantes pudieran sentarse.
Conseguir los fondos para los ataudes fue una odisea, pero un llamado televisivo de Claudia, de 15 años, hermana de los fallecidos, hizo eco en la conciencia del alcalde soyapaneco, Carlos Ruiz. La municipalidad los donó.
María Alejandra descansó por última vez en una caja blanca y su hermano José Isaías en una café. Ambas de lámina.
Dos focos y un ventilador iluminaron sus cuerpos en la improvisada sala de velación. El calor acompañó a los visitantes, quienes observaron con detenimiento las cuatro muñecas en fila colgadas en la pared simulando un altar. Durante el velorio, las conversaciones describieron la precariedad.
Hambre
No tener trabajo ni maíz para alimentar a cinco de sus siete hijos provocó que los esposos Blanca y José Segundo optarán por convertir los granos de maíz en tortillas. Ninguno de los dos podía leer y escribir.
Los vecinos defendieron a capa y espada la decisión mortal.
-“No tener alimentos para darle a los hijos es terrible”, afirmó don Carlos Siliézar e inmediatamente observó a su nieto Jairo, de tres años.
El infante está descalzó y no lleva camisa. Una calzoneta negra y desteñida son su único protector de los mosquitos y moscas que interceptan a los habitantes en cada paso que dan.
Un gesto tierno de Jairo con su cara llena de tierra hacen reflexionar a su abuelo sobre la situación económica que atraviesan.
-“Hay días, hoy que no hay trabajo, en que cruzamos los brazos y nos miramos las cara. Y los niños viéndonos y pidiéndonos comida”, recalca don Carlos y regresa a ver el cuerpo inerte de María Alejandra. Era bien portada, dice una y otra vez.
La historia de hambre de los Siliézar se reproduce en las humildes viviendas que colindan con la línea férrea y el río el arenal, mismo donde sacan arena para recolectar dinero y alimentarse.
En el lugar viven 138 personas entre niños, jóvenes, adultos y ancianos distribuidos en 177 familias, cuenta Narcisa Roble, presidenta de la junta directiva de la humilde comunidad.
Las situaciones de pobreza no son un secreto y Narcisa tiene identificado el porcentaje para medirla: 70% de las familias viven en situaciones similares a los Siliézar.
Por falta de dinero para lo básico varios jóvenes dejaron sus estudios en busca de trabajo como la historia de Claudia, la segunda hija de los Siliézar.
Los vecinos dicen que la joven está viva de milagro. Claudia no consumió tortillas porque andaba trabajando, paradójicamente, en un comedor, ubicado en la colonia Bosques del Río.
La menor, que ayer cambió de rol y tomó un papel de adulto, abandonó la escuela cuando cursaba quinto grado.
Era necesario aportar a la casa, aunque eso implicará solo ganar $3 diarios, que mensuales se traducían en $60.
Cuando había que tomar decisiones, Claudia se limpiaba las lágrimas y dirigía a los visitantes, pero al ver los rostros de sus hermanos en el féretro, no podía evitar quebrantarse.
La joven se apretaba el pecho, se halaba el pelo y renegaba. No entendía porqué sus hermanos habían muerto.
Dos lágrimas que brotaron de los ojos de María Alejandra abonaron a la indignación de la hermana mayor. “Está llorando porque no se quería morir, hermanita venite. Mi niña”, replicaba.
El lagrimeo que los especialistas explican como efecto del tóxico provocó la alteración de la muchedumbre, en su mayoría escolares, que llegaron a despedirse de sus ex compañeros de clases. Las maestras lloraron, pues a pesar de las condiciones, María Alejandra compartía lo poco que tenía. El viernes le llevó una guayaba a su maestra.
La lluvia amenazaba sobre Soyapango y antes que se desencadenara, los familiares optaron por emprender camino al cementerio del cantón La Fuente, en Tonacatepeque.
José Isaías y María Alejandra fueron despedidos en una ceremonia de 15 minutos, donde las oraciones se centraron en el restablecimiento de sus hermanos Juan Diego, Gerardo y Gilberto y sus padres.
“Que Dios nos ayude con esta pobreza” fue la súplica colectiva de una comunidad que pide una oportunidad para desarrollarse.
(http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/social/131161-la-pobreza-intoxico-a-los-siliezar.html)
Tomado de "Diario Colatino" (Lunes 12 de julio de 2010)
La muerte de los menores intoxicados con el maíz exclusivo para siembra puede llegar a constituir delito de homicidio culposo por omisión afirmó Óscar Luna, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos.
Los menores, María Alejandría y José Isaías Siliézar, murieron por comer tortillas elaboradas con la llamada “semilla mejorada”, que entrega el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para sembrar, sus padres y hermanos están hospitalizados aún.
Luna dijo que estos hechos no pueden, ni deben ser vistos como un accidente, así como tampoco puede responsabilizarse a los padres de los niños por lo ocurrido.
Algunos vecinos afirmaron que al entregar la semilla el MAG informa que esta no es apta para el consumo humano. Algunos vecinos de las víctimas declararon que la familia ya no tenía nada para comer porque son de escasos recursos económicos.
El funcionario demandó una investigación exhaustiva de la Fiscalía General de la República (FGR) para deducir la responsabilidad penal que puede resultar ante la omisión de actuar con la debida diligencia para informar de clara y oportunamente sobre los efectos que puede causar las ingestión de tales productos.
A través de un comunicado, el Procurador declaró: “Es obligación de las autoridades encargadas del manejo de dicho producto, informar debidamente sobre los riesgos en que puede incurrir las personas que reciben las bolsas con semilla preparada para la siembra”.
Asimismo, Luna demandó al Presidente de la República, Mauricio Funes, que aplique medidas adecuadas que garanticen el Derecho a una Alimentación adecuada para los sectores más pobres y desprotegidos de la sociedad, ya que de acuerdo al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas constituye una obligación del Estado velar por la realización del derecho a la alimentación.
Estos hechos “constituyen una grave violación a los derechos a la vida, a la integridad, a la salud y a una alimentación adecuada”, concluyó.
(http://www.diariocolatino.com/es/20100712/nacionales/82084/)
Tomado de "La Prensa Gráfica" (Lunes 12 de julio de 2010)
La fracción legislativa del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) entregó hoy una pieza de correspondencia solicitando al presidente de la República, Mauricio Funes, un informe sobre la entrega de la semilla mejorada.
Mario Fortín, diputado de ARENA de la comisión legislativa de Economía, dijo que la solicitud se hace tras la muerte de dos niños que junto a su familia consumieron alimentos preparados a partir de semillas mejorada de maíz, un producto no apto para la ingesta humana.
Los padres de los menores afectados --Blanca Alicia de Siliézar, de 39 años, y José Segundo Siliézar, de 60 años—junto a dos menores ya están fuera de peligro, pero siguen ingresados en los hospitales de Soyapango y Benjamín Bloom, respectivamente.
Según ARENA, la muerte de los menores es derivada de la mala entrega de semilla a gente que no es agricultora, por lo que el Gobierno tendría la responsabilidad en este tipo de entregas.
La pieza de correspondencia pasaría al pleno y podría enviarse próximamente a la Comisión de Agricultura y Ganadería.
(http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/politica/131521-arena-pide-a-funes-informe-sobre-semilla-mejorada.html)
Tomado de "El Salvador noticias.net" (Miércoles 14 de julio de 2010)
Tres niños ingresados en el Hospital Benjamín Bloom, por intoxicación al comer maíz de semilla mejorada, han mejorado y dos de ellos podrían ser dados de alta este miércoles.
Eneida Jiménez de González, jefe de división médica del hospital Bloom dijo que la sustancia que ha causado daños a los niños, por consumir maíz de semilla mejorada es el “Carbamato”.
Dos pacientes, una niña y un varón, en edades de 2 y 3 años, se encuentran están casi estables a quienes les darían el alta este miércoles.
En cuanto a un tercer intoxicado de la misma familia, está en la unidad de cuidados intensivos, en donde ha mostrado signos de mejoría.
Antes este menos de 8 años, estaba con ventilación mecánica, pero ahora ya respira por sí mismo.
El menor se encuentra estable, pero continuará con su medicación.
El caso de la intoxicación se produjo el pasado 7 de julio, en el Cantón Las Cañas, de Ilopango, en donde 7 miembros de la familia Siliézar resultaron intoxicados al consumir tortillas preparadas a base de semilla mejorada, que les había donado el gobierno para la siembra.
Dos miembros de la familia fallecieron y cinco más debieron ser hospitalizados.
Los fallecidos fueron identificados como María Alejandra, de 10 años; y José Isaías, de 12 años.
Los padres de los niños son, José Segundo Siliézar, de 60 años, y Blanca Alicia Toj de Siliézar, de 39.
Ante la necesidad de alimentar a su familia, José Segundo Siliézar ordenó procesar el maíz de semilla mejorada, por lo cual consideró que el veneno del producto sería eliminado mediante una eficiente lavada.
Sin embargo, el carbamato estaba bien impregnado en el maíz, y causó daños en la familia.
El carbamato es un plaguicida químico derivado del ácido carbámico, y contenido en la semilla mejorada para su protección.
(http://elsalvadornoticias.net/2010/07/14/dos-de-tres-ninos-intoxicados-con-semilla-mejorada-pueden-abandonar-el-hospital-este-miercoles/)
Tomado de "La Prensa Gráfica" (Miércoles 14 de julio de 2010)
Gerardo Siliézar, de ocho años, uno de los infantes intoxicados por consumir tortillas hechas con semilla mejorada, dio señales de recuperación, confirmaron los médicos del Hospital de Niños Benjamín Bloom.
El lunes por la tarde, el menor fue extubado y respira por sus propios medios, aseguró Carlos Alvarenga, jefe de comunicaciones del Bloom.
Es un avance, tomando en cuenta que el plaguicida que consumió en el hecho donde fallecieron dos de sus hermanos afectó su sistema respiratorio, aumentó sus secreciones nasales y lagrimales y su sangre.
Tras la mejoría, al infante le han reducido las dosis de atropina que recibe, es decir, pasaron de aplicársela cada 15 minutos a períodos más prolongados.
El efecto del medicamento es revertir el veneno de cada una de las partes del cuerpo donde se aloja. Los especialistas aseguran que regularmente los tóxicos se localizan en los pulmones, el corazón, las glándulas salivales, el estómago y en una buena parte en los músculos.
A pesar del avance en su estado de salud, Gerardo continúa en la unidad de cuidados intensivos.
Los médicos aseguran que esperarán a que el infante muestre otros signos de recuperación para iniciar con la evaluación de posibles daños ocasionados en su organismo por carbofurán, compuesto que poseían los granos de maíz ingeridos en tortillas.
La intoxicación de la familia Siliézar ocurrió el miércoles 7 de julio en el cantón Las Cañas, Soyapango. Al momento, Alejandra, de 10 años, y José Isaías, de 12, murieron. Los padres y tres niños más también salieron afectados.
Tomado de "El Salvador.com" (Miércoles 14 de Julio de 2010)
La Fiscalía General de la República (FGR) dio esta mañana el aval para que los tres niños Siliézar -intoxicados hace una semana por ingerir tortillas cocinadas con semilla mejorada junto a dos hermanos más y sus padres- puedan regresar a su hogar.
Aunque el proceso judicial aun no ha sido cerrado, fuentes fiscales aseguraron que todo parece indicar que el envenenamiento, que dejó como saldo la muerte de dos de los cinco hermanos, fue accidental, por ignorancia.
Hace unos días, la Fiscalía había establecido que los niños debían permanecer ingresados, aun si se les hubiese dado el alta médica, ya que aducía que no podía garantizar la seguridad de los menores, si los devolvía a su casa, mientras la custodia siguiera estando a cargo de sus progenitores, porque no se ha determinado su responsabilidad en los hechos.
El delito que podrían enfrentar los padres sería de carácter culposo (sin intención).
El jefe de Comunicaciones y Asistencia Social del Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, Carlos Alvarenga, indicó que los infantes están fuera de peligro y que mañana se les efectuará un hemograma para analizarles la sangre antes de poder otorgarles el alta.
(http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6364&idArt=4970067)
Tomado de "Elsalvador.com" (Jueves 15 de julio de 2010)
Dos niños parte de la familia Siliézar, uno de 18 meses y otro de 2 años, recibieron el alta medica hoy en el hospital Bloom.
Otro menor, de 8 años, permanece en la unidad de cuidados intensivos de ese centro asistencial. Está estable.
El 7 de julio, en Soyapango, siete miembros de esa familia resultaron intoxicados al consumir tortillas preparadas a base de semilla exclusiva para siembra. Dos fallecieron y cinco más debieron ser hospitalizados.
Los muertos son María Alejandra, de 10 años; y José Isaías, de 12 años.
(http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6364&idArt=4971562)
Y su historia aún continúa así como la de muchas otras familias pobres en El Salvador.
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