Eso fue lo que duro nuestro encuentro
fueron solo 15 minutos,
para algunos será poco,
para otros será mucho,
pero para nosotros, esos 15 minutos
fueron más que suficientes
para compartir nuestras cicatrices.
Si esas cicatrices que hemos aprendido a ocultar
y nos hemos convertido con el paso de los años
en "maestros" en el arte del ocultismo.
No sé si nos volveremos a encontrar,
si nuestros caminos volverán a cruzarse,
y si podremos compartir nuestras cicatrices,
tanto las nuevas como las viejas,
pero si quiero perdurar nuestro encuentro,
quiero esos quince minutos en mi memoria,
esos quince minutos, durante los cuales
no hubo de por medio máscara alguna,
y ambos dejamos de ser maestros,
convirtiéndonos en simples alumnos de la vida.
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